viernes, 29 de agosto de 2008

El Cambio empieza con migo...

Esta frase aunque estoy seguro de que todos la hemos escuchado mencionar en estos días al parecer no captamos su significado, y es que vivimos día a día soportando el cinismo de nuestros gobernantes, el descaro de los delincuentes, la apatía de un pueblo que parece estar conforme con la situaciones que día a día se torna mas denigrante, pero sobre todo lidiando con nosotros mismos, nosotros que únicamente criticamos y esperamos que a alguien mas se le ocurra cambiar las cosas.

Bien decía Albert Eintein que es de locos esperar un cambio si siempre se realizaba el mismo procedimiento, por lo tanto es estúpido pensar que nuestra situación mejorara si nosotros no mostramos el interés en ello.

Y es que ahora es un cuadro tan común ver tanta corrupción, delincuencia y violencia en las calles de nuestra bella nación que nos mostramos totalmente inertes ante las situaciones tan tristes vividas a diario, en vez de buscar y esforzarnos por que esto cambie.

La otra vez escuche por la radio la noticia sobre el asesinato de una persona sobre la calzada Roosebelt, y cínicamente se me vino a la mente: "puta que cagada, que trafico se va a hacer" y es que ahora estas cosas las tomamos con increíble tranquilidad, la vida de un ser humano se ha reducido al valor de un teléfono celular.

No es posible que nuestra calidad de vida siga empeorando en lugar de lo contrario, en lugar de que la gente bella de esta nación se de cuenta que nuestra situación jamas mejorara si nos dedicamos mas a envidiar e insultar a otros países que están saliendo adelante, y no nos preocupamos por nuestras vidas, nuestro país y nuestro futuro.



miércoles, 27 de agosto de 2008

Comprando nuestra libertad

Día a día, leyendo el periódico, escuchando las noticias, conversando con los conocidos o simplemente observando el actuar diario de las personas mientras transitan por las calles de nuestro bello país, me da por analizar la situación que tristemente no ha cambiado desde muchos años atrás. Y es que desde los tiempos de colonización, cuando los conquistadores y sus familias, asentados en tierras americanas optaron por fundar ciudades y vivir como parásitos de los nativos de nuestras tierras, no hemos cambiado en nada.

Cuando los mestizos (tomados como mezcla cultural y no racial), Indios, mulatos y demás descendientes de los nativos americanos se cansaron de vivir como esclavos sin ningún derecho y comenzaron a dar indicios de rebelión, esos parásitos les propusieron: La compra de su libertad, la cual ascendía a un valor absurda mente alto, por lo tanto era practica mente imposible el lograr acceder a ella y pasaban trabajando durante toda su vida sin poder lograrlo. Quienes lo lograban, quedaban en una situación tan grave economicamente que de igual manera debía aprender un duro oficio o solicitar trabajo a algún terrateniente, con lo cual su situación no cambiaba en nada.

En la actualidad estamos en la viviendo la misma situación, ciertamente ya no estamos bajo el sometimiento de los conquistadores, pero practica mente si de sus descendientes. Ya no viven de impuestos directos al pueblo, ahora los han disfrazado con títulos de empresas transnacionales que al igual que antes los mantienen como parásitos viviendo del sudor de este pueblo trabajador. Ahora el pueblo es libre, libre de elegir a cual de sus dueños desea mantener...

Y es que ahora ya no venden directamente nuestra libertad, sino únicamente nos engañan haciéndonos creer que podemos llegar a tener el poder que ellos tienen sobre nuestras propias vidas, motivandonos a actuar igual de egoístas y despectivos que ellos, creando ingresos a las bolsas propias sin importarnos pisotear a quien sea para conseguirlo.

Es estúpido creer que cuando alguien busca el bienestar o crecimiento económico propio. toda la sociedad se valla a levantar por igual. Algunos pensaran que soy un romántico extraviado en esta época, pero aun creo firmemente que algún día el pueblo abrirá los ojos y aclamara a gritos lo que durante todo este tiempo les han robado: Su libertad y su poder. Ya que el pueblo es el único con poder ilimitado para reclamar sus derechos, y mientras no se organice y no despierte de esta hipnosis en la cual ha vivido durante siglos, nosotros, los y las guatemaltecas seguiremos siendo victimas del aprovechamiento de nuestro esfuerzo para beneficio de unos pocos.